jueves, 6 de abril de 2017

Protagonismos masculinos y feminismo.

  Hay un asunto sobre el que hemos mantenido varias conversaciones, al igual que sucede en los discursos feministas. ¿Por qué los hombres siguen protagonizando actos en nombre del feminismo?  No sería más adecuado, que cada vez más mujeres protagonicen actos para superar la brecha de invisibilidad...  ¿Cuál es el papel que hemos de ocupar los hombres en esta búsqueda de la igualdad?

Autora: Brown Gurl

  En Bácor, y en estas tardes organizando Feminifest el protagonismo masculino tiene mayor visibilidad. A pesar de que solamente somos tres hombres en el grupo de organización, mientras que hay cerca de veinte mujeres.    Es cierto, que en parte se debe al puesto que ocupo yo mismo con respecto a las redes sociales. Pero esto, no es escusa para poder hacer las cosas de otra manera.  ¿De qué manera podríamos revertir esta mayor visibilidad masculina? ¿Que cosas podríamos hacer? ¿Hemos de mantenernos callados los hombres? ¿Cómo podríamos poner nuestros conocimientos, nuestras habilidades a favor del discurso que decimos defender? ( Al final del artículo dejo algunos enlaces con pistas para resolver este 'conflicto').

 
 Evidentemente, los hombres tenemos que hablar de feminismo, y deberíamos de hacerlo más.  Pero nuestro lugar no es ni liderar, ni protagonizar. Debemos asumir un papel diferente... y como nos cuesta asumir este papel secundario, ¿Verdad?  Pues ahí es donde está el principal escollo que debemos sobrepasar para convertirnos en verdaderos aliados.
Todo esto me recuerda un cuento de Gustavo Duch, 8 de Marzo: Aquí estamos

 Las calles de Bellprat son casi todas un sube y baja, curioso en un pueblito que descansa sobre un llano de trigos y cebadas. No cabrán, ni apretadas, más de 50 familias en él, pero aquel día tan significativo, autocares y coches trajeron a centenares de personas.
Como en muchos lugares de Catalunya era día de construcción de ‘castellers’. Un entramado de seres humanos engarzan cuerpos y brazos formando una piña que sostendrá parejas o tríos de más hombres y mujeres, hasta alcanzar alturas de siete, ocho, nueve o diez cuerpos. Abajo los troncos más resistentes, en lo más alto niñas y niños ágiles y ligeros que tienen pues las mejores perspectivas para otear el futuro.
No se hicieron aquel día las torres más altas ni las más dificultosas, pero sí las más merecidas. Por segunda vez en la historia, perfectas torres de mujer sobre mujer germinaron para decir: ¡aquí estamos!
Abajo –los visitantes- con el cuello estirado y la espalda curva las mirábamos esperanzados. ¿Qué estarán divisando? ¿Por dónde decís que hemos de caminar?
Original en blog PALABRE-ando
  En buena medida, supongo, que la actitud es fundamental: mantenerse esperanzado. Seguramente no es suficiente, tenemos que escuchar, y permitir que nos indiquen cual senda hemos de caminar.   
 
 
Algunas pistas para hombres despistados:  

Feminista Ilustrada
 







No hay comentarios:

Publicar un comentario